Dream Come True
24.06— 31.10.2016 Malba
Curadores: Gunnar B. Kvaran y Agustín Pérez Rubio
Yoko Ono
Tokio, Japón, 1933. Vive y trabaja en Nueva York. Fue la primera mujer
admitida en la carrera de Filosofía de la universidad japonesa Gakushuin y más
tarde se licenció en poesía y composición contemporáneas en la universidad Sara
Lawrence College. En 1961 comenzó una carrera artística vinculado al arte
conceptual y participativo.
En 1966 conoció a John Lennon, quien no solo se convirtió en su pareja
sino en el co-autor de un conjunto de performances, films y piezas musicales.
Su vinculación a la música pop fue creciendo y juntos crearon la banda Plastic
Ono Band. A partir de 1989 y en los años 90, después de atravesar su duelo por
la muerte de Lennon, volvió a participar en exposiciones en donde presentó una
nueva serie de esculturas hechas en bronce, muchas de las cuales aludían a sus
obras de los 60.
Desde principios del siglo XXI se mantuvo muy activa en exposiciones
de arte, intervenciones en espacio públicos y participaciones musicales con
reconocidos artistas. Su interés por Internet, la convirtió en una de las
primeras artistas que se interesó por usar el medio para exposiciones
virtuales.
Dream Come True
Esta última muestra presentada en Buenos Aires, está compuesta por más
de 80 trabajos, que incluyen objetos, videos, films, instalaciones y registros
sonoros producidos desde principios de los 60 hasta hoy, y tiene como eje las
llamadas Instrucciones, que Ono viene desarrollando desde hace más de sesenta
años.
Usando un lenguaje claro y universal, Ono produce objetos, eventos,
rituales y acciones, cuya precisa elaboración se completa a través de la
participación del público. Las “instrucciones” son piezas compuestas por
mensajes simples y poéticos, que invitan a los espectadores a realizar
determinadas acciones, como “escuchar el sonido de la Tierra girando” o
“encender un fósforo y vigilar hasta que se consuma”, etc.
La primera propuesta hacia la derecha, (ya interactiva) consiste en
subir una escalera y buscar con una lupa la palabra “SI”, escrita sobre el
techo. Pienso que la misma es bastante confusa ya que desde el piso se puede
apreciar donde se encuentra la palabra “SI” escrita, sin embargo, al subir la
escalera e intentar observarla con la lupa es imposible de encontrar ya que la
lupa está sumamente desenfocada.
Por el pasillo nos encontraremos con, en mi opinión, la parte más
polémica de toda la muestra, un homenaje a las madres en donde se observan fotografías
de partes íntimas de la mujer lo cual me resultó bastante chocante.
Todo invita a participar, a realizar una acción, a pensar... témperas
para colocar color sobre un gran mural, un gran pizarrón y tizas para escribir,
sellos con la frase “imagina la paz” para grabarlos sobre algún lugar del mundo
que elijas, vajilla rota y cinta para repararla como si fuese el mundo, dos
grandes telas negras para meterse dentro y mirar desde esa perspectiva, una
gran cruz para clavar clavos y por último árboles para pedir deseos y atarlos a
él.
Si bien la muestra en general me agradó, esperaba más de un
ícono como lo es Yoko Ono, es decir, las acciones que realizó en conjunto con
John Lennon fueron tan revolucionarias y trasformadoras que esta exposición
sabe a poco. Podría haberla realizado cualquier otro arista de menor renombre y
se hubiera notado la diferencia.